jueves, 16 de octubre de 2014

¿Me Estás Oyendo...?

"Si lloro enronquezco", dice Francisca Viveros Barranca con aliento a ron, mientras se acomoda en una silla para conceder una breve entrevista.
La intérprete, conocida en el barrio como Paquita, reclama sus dominios y hace honor a su mote ante un enardecido público callejero en el ex Recinto Ferial de Metepec.
Desde el backstage, el ruido del público hace que apenas sea audible una voz tímida que de vez en vez se tapa la boca, como para disimular el par de copas que antecedieron a este encuentro.
Su peinado impecable, sugiere que antes de arribar al escenario pasó por al menos una hora de secadora por su cabello dorado de raíces blancas. Su maquillaje bien detallado, quizás con rimel indeleble para no arruinar el inevitable momento en que suelte algunas lágrimas.
De hecho se le hacen las de cocodrilo cuando hablamos sobre la Navidad y aquellas cosas de las cuales "prefiere no acordarse".
"Recordando cosas que no debe recordar uno, no me gusta sinceramente la Navidad", responde sin el don de la grandilocuencia, pero con los ojos enrojecidos.

La primera por coraje...
Paquita, la autoproclamada "Reina y Defensora de las Mujeres" es un misterio ataviado por una pulsera y tres anillos dorados en cada mano, además de un juego bien coordinado de aretes y cadena. La modesta chamarra café clara está a punto de convertirse en dos brillantes ajuares rosa mexicano y verde con los que ha de deleitar a su público que le espera desde hace más de una hora.
Ya sobre el escenario y después de un par de temas, efectivamente, Paquita llora nuevamente en público pero sin enronquecer. Por el contrario, su voz luce inquebrantable cuando canta "Soltero Maduro" pese a que sus ojos vuelven a enrojecer y se limpia con cuidado con un pañuelo para no estropear sus pestañas postizas.

No soy un supermercado
ni soy el tianguis del barrio.
No seas mosca que vive volando
y nomás te la pases tentando
yo no doy probaditas de a gratis,
ni soy fruta pa' que andes probando.

Las ovaciones suben de tono a cada "me estás oyendo inútil", que Doña Paquita ha convertido en su grito de batalla, un grito de dolor que ha llevado consigo, no se sabe si desde que contrajo matrimonio a los 15 años de edad con un hombre de 42; o desde la muerte de su segundo marido tras 31 años de matrimonio; o desde las aventuras que una mujer afamada cosechó a lo largo de 44 años de carrera artística.
Según su biografía autorizada, Paquita comenzó a sufrir desde antes de casarse con Miguel Gerardo, el tesorero del pueblo de Alto Lucero que le hizo dos hijos antes de siquiera cumplir los 20 años de edad, pues los Reyes Magos nunca le llevaron un juguete y tuvo que trabajar descalza, entre bestias de carga, en cafetales y huertos de mango antes de ir a probar suerte a la gran ciudad donde sobrevivió haciendo tacos dorados antes de saltar a la fama.
Perdió dos de los cuatro hijos que tuvo, sepultó a sus padres y tuvo hambre, además de la poca suerte con los hombres. Tal vez de ahí que llore a la menor provocación.
"En 1995, después de estar 25 años con su esposo Alfonso Martínez contrata un detective y descubre que él tenía una amante desde hacía 15 años llevando una doble vida y no sólo eso, ya que también tenía una hija de 15 años. Este fue un gran golpe para Paquita, una angustia que la motivó a cantar aún con más dolor y sentimiento hacia los hombres", reza su semblanza, como para dejar claro porqué es como es.

La segunda por capricho...
El público masculino canta tan fuerte como las mujeres, que esta noche son mayoría. Todos sueltan carcajadas y se voltean a ver con complicidad cada que una estrofa de sus canciones hace referencia a las "pequeñeces" de los amantes en que están inspiradas y vuelven a reir con cada insulto al género masculino, como replicando el efecto de la época en que en el cine mexicano comenzaron a decirse groserías.

Rata de dos patas
te estoy hablando a ti
porque un bicho rastrero
aún siendo el mas maldito
comparado contigo
se queda muy chiquito.


Mientras tanto, a nivel de gradas, dos personas del staff de la veracruzana no se dan abasto para vender el paquete de tres discos originales que contienen "todos los éxitos de oro de Paquitaaa" y que por cien pesos, llevan de regalo una playera con la leyenda "Las Mujeres Mandan".

La tercera por placer…
Si bien explotado su cliché que ha dado como resultado la venta de más de 20 millones de copias de sus discos, la intérprete de 67 años de edad también hace honores a canciones de desamor inspiradas por mujeres y da un buen repaso al repertorio de autores como José Alfredo Jiménez, Martín Urieta y Cuco Sánchez, en los que primero utiliza como acompañamiento a un cuarteto de género norteño, posteriormente a una docena de mariachis y culmina con un batallón convertido en una tambora con la que ofrece, entre otros temas, "Cheque En Blanco" y "Mi Gusto Es" como encore a esta velada. A pesar de que hace ya varios minutos su recital cumplió, canta un poquito más. Por el puro gusto.

Yo, yo no soy letra de cambio
ni moneda que se entrega
que se le entrega a cualquiera
como cheque al portador.


-¿Me estás oyendo inútil?
-Sí Paquita, con mucha atención. Y gracias por esta estampa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario