lunes, 2 de mayo de 2011

¡Ah Cabrón!

Una de las preguntas más comunes que me hacen los que saben a qué me dedico es si alguna vez he visto un fantasma en una escena donde hay un cadáver.
La respuesta siempre ha sido No.
Vayan ustedes a saber si es gracias al bloqueo mental que programo en cuanto llego a este tipo de escenarios, pero entre cientos de cuerpos sin vida que he visto tirados en la vía pública, han sido muy contados con los que me he ido a dormir, muchos menos con los que he cargado varios días.
A pesar que existan algunos que se te queden grabados en la memoria periodística (que no personal) procuro ver, detrás de la cámara, un pedazo de carne inanimado, que ya no es una persona.

Hace unos días, de madrugada, un Ford Ka se estampó contra un sauce llorón y su conductor falleció. El cadáver quedó boca abajo y no fue sino hasta que personal del Instituto de Servicios Periciales hacía su trabajo que un ¡ah cabrón! me salió del ronco pecho.
Justo cuando lo pusieron boca arriba para colocarlo en una camilla y llevárselo al Servicio Médico Forense, lo que pareció ser un haz de luz salió desprendido del pecho. ¡Ah no mames!.
Con las horas de sueño suficientes me lo expliqué. Esa noche había llovido y el calor previo provocaba una humedad rara para el valle toluqueño. El cuerpo del hombre tenía muy poco de estar desanimado. La respuesta entonces fue que un gesto de termodinámica pareció un guiño de ultratumba. Nada descabellado.
Ahora pues que recuerdo a todos aquellos personajes que no dejan de afirmar que ven y sienten presencias, que se comunican con los muertos o que ven cómo las auras se apagan.
No mamen, si en su puta vida han visto un cadáver.