jueves, 29 de noviembre de 2012

Fecha de Caducidad

¿Cuánta vigencia tienen las personas por las que hemos profesado algún afecto?, ¿en qué momento dejan de importar de a devis?
No sé qué azares se han conjugado para que en estos días me haya encontrado a personas que hace muchos ayeres, incluso décadas, figuraron en mi terna de importancia.
De todas tengo buenos recuerdos. Sí, hasta de las que momentáneamente me hicieron infeliz. Pero no deja de quedárseme ceñida una sanguijuela cuando pienso en qué momento fue que esos caminos se partieron en líneas que no volvieron y seguramente no volverán a cruzarse más allá de un saludo, una sonrisa y cinco minutos de plática basura.
Peor aun. ¿Cuántas veces habremos dicho “nunca te olvidaré” y al cabo de unos años no sepamos reconocer a alguien al doblar una esquina? Como si no fuera suficiente sorpresa saber todo lo que han construido después de que uno fue su presente, gracias al chisme de un tercero que vino a darnos un poco de su actualidad

"Y así, años y años, hasta que, finalmente,
 
te morirás un día, como toda la gente.
Y voces que aun no existen sollozaran tu nombre,

y cerraran tus ojos los hijos de otro hombre".
José Ángel Buesa

A continuación una elegía por aquellas personas a quienes creí querer y por estúpido dejé de frecuentar. Y estúpidas aquellas que se desaparecieron de mi vida sin previo aviso, cuando a pesar de las diferencias no había razón.
Ahora que también pienso que ni la costumbre de tener a alguien a tiro de piedra, deja de alejarlas por el simple hecho de que el viaje de cada uno es diferente.
Una bienvenida anticipada para esas otras que tarde o temprano han de venir… aunque sea para irse.