martes, 29 de junio de 2010
La Racha
lunes, 28 de junio de 2010
Los Cuatro Grandes
En un episodio histórico de la música mundial, cuatro de los grupos más reconocidos de la escena metalera contemporánea tocaron juntos por vez primera en tres décadas de existencia de ese hermoso ruido en un festival llevado a cabo en Bulgaria y transmitido a 22 países vía satélite, aunque en algunos como México de manera diferida y editada. Esloquehay.
Como quiera que sea resulta un hecho insólito por las diferencias ideológicas y personales de todos sus integrantes. Metallica, Slayer, Megadeth y Anthrax por un solo boleto.
El hecho se volvió anecdótico por aceptar el pago de 85 pesos por un concierto transmitido en la sala de un cine para ver a estas cuatro bandas que por separado escuché en vivo en 1993, 1997, 1999, 2006, 2009 y 2010 (tres Metallica, dos Megadeth, una Slayer y una Anthrax).
¿Dónde quedó el tráfico para llegar al toquín, dónde quedó el vía crucis para encontrar estacionamiento, dónde el regateo con el revendedor, las filas interminables, las playeras con diseños horrendos, la angustia para encontrar la puerta correspondiente, el chelero más cercano, el nervio pre-concierto, el chichis-pa-la-banda, las banderas en el alambrado, la euforia previa al encendido del escenario?
¡Esto no es un concierto!
No obstante, mi amigo Baloo hizo que una simple proyección fuera un auténtico concierto. Después de comprar refrescos jumbo y palomitas escuchamos Antisocial de Anthrax ya sentados en nuestras butacas mientras él sacaba de su saco un pomo de Bacardí para las cubotas.
Alejandro, el heredero de diez años del Señor Baloo fue probablemente la persona más joven en asistir a la proyección que alcanzó apenas media sala, así que su incipiente experiencia en conciertos y su amor incondicional de hijo hizo que lo disfrutara tanto como los grandes.
Para cuando terminaron los 25 minutos de Anthrax el oso del Libro de la Selva y su charro negro descubrimos que Cinépolis ya vende cerveza a 25 pesos. ¡A huevo!
A lo largo de la actuación de Megadeth lo disfrutamos en grande mientras quedamos sorprendidos con la ejecución de Hook In Mouth y nuestra favorita In My Darkest Hour, ya que el resto de sus 50 minutos fue parte de su repertorio habitual de gira.
Enchelados los que tenemos edad más no el juicio, el pequeño Alejandro le hizo los honores al chocolate en tanto el resto de nuestros acompañantes disfrutaban discretamente del evento (Ricardo y su mujer con pleitos maritales y la ex de Baloo en silencio) mientras empezaba Slayer.
Ahí viene el Dios de la batería. Mejor no lo pudo decir el primer inscrito en la próxima generación metalera al tiempo que su señor padre le enseñaba a eslamear desde su asiento.
Slayer no tocó nada fuera del script durante los 50 minutos de la transmisión que, vale resaltar, no desmereció a la esencia metalera con el alto volumen en la sala Dolby Digital Cuadraphonic 1-2-3-4-5 Super Esterio Surraund and Best Quality Jai Fidelity. Y cuando Slayer toca clásicos, suenan a clásicos.
¿Y Metallica? Pues pan con lo mismo, a duras penas nos emocionó Hit The Lights, el resto lo de siempre. Claro que la diferencia entre duración, intensidad de sonido, escenografía y posición tenían que estar del lado de la banda que en algún momento olvidó que el metal es más actitud que pantallotas y fueguitos pirotécnicos para salir a posar bien guapos para la foto. No nos gustó pues.
Aunque el momento cumbre de la noche fue que miembros de las cuatro bandas tocaran Am I Evil de Diamond Head simultáneamente, me quedo con los instantes en que Baloo le enseñó a su hijo cómo mentar madres en un concierto, a aventar vasos de plástico cuando se presentan fallas técnicas en la proyección, a que en el metal se fuman cigarrillos para disfrutar tus canciones, se queman los sillones por más que uno esté en una sala de cine y se deja un mugrero a la salida porque alguien más recogerá tu basura cuando te vayas.
-Estuvo bien chido el concierto pa´
¡Un capo el pinche Baloo!
martes, 8 de junio de 2010
Pena Ajena II
Para no variar, el sinsabor laboral de cada de vez en cuando. Ya dije que me cae bien el periodismo chillón y no tengo menor sentimiento cuando volteo la moneda y tengo que soportar los lloriqueos de quienes se dicen atropellados por la autoridad.
Hace unos días un tal José Alberto Báez Andrade llamó a la redacción del periódico en que trabajo para denunciar robo y abuso por parte de la Policía Municipal de San Mateo Atenco. Tengo muy claro que los policías monecipales están en los últimos escalones de la evolución humana, dicho sea de paso sin soberbia mi comentario, pero tampoco es para dejarse ver la cara y vérsela a quien me mantiene comprando y leyendo.
De entrada había algo que no encajaba en la denuncia ciudadana. A micrófono abierto, el fulano dijo que estaba comiendo tacos cuando un agente de tránsito lo encaró para que retirara su vehículo mal estacionado, pasando en un tris a los golpes. Afirmó que entre varios polis más lo apañaron, que le botaron 6 mil 500 pesos y lo amenazaron con dejarlo más desfigurado que Elba Esther Gordillo antes de aventarlo por ahí.
Cualquier cabeza periodística que incluya las palabras “abuso" y "policial” se lee, mucho. Me queda clarísimo que hasta ahí no tengo problema, pero el uso de una pluma reporteril implica grandes responsabilidades.
Después de las gestiones para platicar con el director de la policía y el agente involucrado quedé satisfecho con el derecho de réplica que terminó dándome la sorpresa que ya sospechaba.
A través de un video de la Dirección de Seguridad Pública observé a detalle el incidente. La supuesta víctima fue el primero en lanzar trompadas, no sólo se sonó al policía sino que igual manoteó y gritó cual invitado especial de la Señorita Laura. En ningún momento hubo pateos, estampidas ni amenazas.
le pone ahí en su nota que en la Policía son unos gorilas, ¡pero le pone eh!
simón
la culpa de todo esto lo tiene el presidente municipal, ojalá lo consigne en su nota
simón yo lo pongo
y lo quiero en la primera plana del periódico, es más, cuánto va a ser para que salga en la primera plana
¿qué pasó jefe? a mi ya me pagan donde trabajo, no hace falta
me pegaron salvajemente oiga, pura prepotencia, este presidente tiene puros golpeadores que deberían cuidarnos en vez de robarnos
permiso jefe...